La marca tenía problemas de posicionamiento por la casi nula exposición. Tenía un diseño donde predominaban los colores tierras y esto hacía que se viera anticuada más que lo positivo de su arraigo a la madre naturaleza.
Se trabajó con una estética web 2.0, se limpió el apego de la marca a la tierra y se basó el diseño enteramente en la fotografía. Se trabajo en campañas en redes sociales rejuveneciendo la marca y cambiando enteramente la paleta de colores que utilizaba.
Resultado: Reposicionamiento de la marca bajando un segmento de edad, cubriendo un público de entre 25 a 35 años que antes no evaluaba la marca dentro de la posibilidad de compra. Alto impacto en las redes haciendo crecer su comunidad en mas de 500% en los primeros dos meses.